Como Si Fuera la Primera Vez

por Edgar Mantilla

Músico y productor, Edgar Mantilla comparte algunos consejos para pianistas.


Recuerdo cuando tenia unos 9 años, en la que en ese entonces fuera una pequeña iglesia a la que asistíamos con mi familia, como pude ver en las reuniones a una mujer de unos 80 años tocando el teclado en el tiempo de adoración. Inmediatamente, fui inspirado por su forma de tocar, su alegría y su sencillez para servir, convirtiéndose éste, en uno de varios momentos en los cuales a pesar de lo poco que sabía de música, simplemente estaba seguro que Dios puso en mi interior un profundo deseo de servirle.

«…fui inspirado por su forma de tocar, su alegría y su sencillez para servir…»

Tiempo después, dejé de ver a esta señora sonriente y de escuchar las notas de su teclado, así que Dios me puso en ese lugar de aquella iglesia sin ser el “primero en la fila” por edad, preparación o experiencia. Sin embargo, recuerdo cómo siendo un niño, asumí el reto y decidí pasar horas preparándome, explorando los sonidos de aquel Yamaha PSR-19 que había en la plataforma y cómo quería que cada nota, cada sonido y todo lo que tocara fuera exactamente igual a lo que escuchaba en la radio o en los cassettes de música cristiana, los cuales no paraba de estudiar aún en casa con el teclado que me regalaron mis padres.

Quise compartir esta breve historia contigo porque estoy seguro que mientras lees estas lineas, estarás recordando aquel momento en que Dios te llamó a servir y tendrás en mente ese día especial en el que Él encendió esa llama en tu interior, la cual es mi deseo, se mantenga aún encendida y ardiendo con fervor a pesar del tiempo y las diversas pruebas. Tal vez no estábamos listos, teníamos o no los recursos ideales, pero aún asī Dios nos escogió a cada uno de nosotros y nos hizo conscientes de este valioso llamado. (2 Corintios 4:7)

El objetivo de este Blog, es que como pianistas (y sé que algunas de estas lineas se extenderán a otros músicos de nuestros equipos) nos motivemos a hacer nuestra tarea como si fuera esa primera vez, siguiendo estos consejos que hoy me permito compartirte, los cuales nos ayudarán a cumplir nuestra tarea de forma aún más efectiva tanto espiritual como técnica y musicalmente.

1. No perdamos de vista la importancia de nuestro llamado.

La alabanza es un ministerio profético que trae libertad y proclama Palabra viva de Dios (1 Cro. 25:1). Mi labor no es únicamente hacer música, poner acordes o crear ambientes en el Piano. En los tiempos de alabanza, Dios manifiesta Su Presencia de forma sobrenatural y es emocionante ver la manera en que Él obra sus milagros de forma poderosa, trayendo sanidad, libertad, restauración, gozo y muchísimo más de lo que pudiéramos pedir o imaginar. Esto nos da una perspectiva clara de nuestra labor, ya que proclamamos con nuestra música un testimonio de lo que Dios ha hecho y nuestra fe es avivada para lo que Él hará. También nos alegramos y damos gracias a una sola voz, entregamos nuestras cargas y corremos a los brazos de nuestro Padre en un momento de quietud. Entonces, ¿Cómo no darnos cuenta que lo que hacemos trasciende lo musical?

La alabanza es un ministerio profético que trae libertad y proclama Palabra viva de Dios

Efectivamente, nuestro llamado va más allá y es una gran responsabilidad que conlleva igualmente una gran exigencia en todas las áreas de nuestra vida (Lucas 12:48). Nuestra adoración no se limita solamente a un momento de la semana cuando vamos al servicio a tocar nuestro instrumento...Es una forma de vivir permaneciendo cada segundo de nuestra existencia en comunión plena con Dios, la cual da fruto genuino en nuestro diario vivir y donde la música es solamente un vehículo para acercarnos a Él.

Nuestra misión como ministros es que Dios se sienta agradado y se entrone en nuestra alabanza. Le damos toda la adoración a Él. No a la música, no a nosotros mismos, a la excelencia o a los equipos que tenemos. Somos servidores de un gran banquete para honrar al Rey de Reyes, donde Cristo se encuentra cara a cara con Su Iglesia.

2. No dejemos de lado la preparación espiritual.

Sabiendo la importancia de nuestro llamado, es necesario ir más allá de preparar una lista de canciones y las lineas que debemos tocar. Es importante prepararnos en lo secreto buscando la presencia de Dios con nuestro instrumento y también sin el, adorando más allá de la plataforma que pisamos cada fin de semana. Recuerda que no es el instrumento o la plataforma la que te hace un adorador.

Busquemos que nuestra música sea el fruto de un espíritu conectado permanentemente al Espíritu de Dios y así una espiritualidad despierta en nosotros y sensible a Su Presencia, resultará potenciando todo aquello que fluye a través de nuestras manos. No olvides que lo que vemos y experimentamos en un fin de semana es el fruto de aquello que vivimos con Dios cada día sumergidos en Su Presencia y en Su Palabra.

Busquemos que nuestra música sea el fruto de un espíritu conectado permanentemente al Espíritu de Dios…

Pensando en este punto, recordaba entre otras cosas, cómo he podido ver en diferentes lugares a pianistas y músicos en general que saben perfectamente los acordes de las canciones de las listas que deben tocar, pero no saben ni una sola letra de lo que cada canción dice. Esto es simplemente una invitación a adorar con entendimiento y saber que nuestra tarea es que cada sonido, cada acorde o cada nota, vaya de la mano con el fluir de la ministración y respaldando lo que declara la canción que estemos tocando. Esto puede lograrse tomando un tiempo a solas o igualmente junto con tu equipo para adorar entendiendo cada letra y que llegue a lo profundo de nuestro corazón.

3. La preparación musical no deja de ser esencial.

Para este punto, claramente viene a importante consideración el estudiar nuestro instrumento, tener nuestras clases o contar con un tutor, estar aprendiendo permanentemente, actualizarnos todo el tiempo en sonidos, programas de música, tener rutinas ordenadas, etc. Pero hoy, quiero enfocarme en esta palabra: Sensibilidad.

Sensibilidad a las dinámicas y nuestra técnica: Sé siempre consciente de tu nivel de expresión en el piano (digitación y manejo del pedal). Ve acorde a los momentos cuando acompañas a tu Pastor o cuando estás en el tiempo de adoración. Piensa siempre en tu instrumento como si estuvieras hablando, ya que efectivamente la música también es un lenguaje y dicho lenguaje constituye un dialogo, donde nuestro deber también es escuchar (No se trata de un monólogo). Puedes estar gritando todo el tiempo o hablar tan suave y rápido que nadie te entiende. Por tanto, que nuestra técnica nos permita seguir y expresar estos matices apropiadamente. Ten presente esos momentos clave en que tocas una frase o hay cambios de acorde, ya que según el momento podemos ser demasiado bruscos o incluso muy delicados.

Sensibilidad en nuestra ejecución: Con la facilidad que tenemos hoy en día para acceder a diferente información y material para aprender acordes, frases, armonía, etc., puede haber momentos en los que queremos aplicar todo esto que hemos aprendido; pero no olvidemos que la plataforma no es el espacio para “disparar” todo el conocimiento que tenemos en un solo compás, sino para servir con aquellos recursos que el momento amerita. Nos emociona involucrar nuevos acordes y aquellas rearmonizaciones que tenemos en mente, pero todo tiene un momento. No quiero decir que todo esto no pueda hacerse y de hecho es maravilloso escuchar acordes o arreglos que refrescan, pero algunas veces lo aplicamos fuera de lugar y corremos el riesgo de “saturar” o “ensuciar” un momento sublime; así como cuando ponemos frases o notas que no van acorde con el género musical o el contexto donde nos encontramos. Igualmente, hay ocasiones podemos “pecar” de tímidos cuando el momento nos pide algo más exigente o virtuoso a lo cual no nos atrevemos por alguna razón.

Sensibilidad al detalle: Hay lineas y/o sonidos que no logramos identificar a la primera. Por eso no es suficiente una sola ronda de escucha de las canciones o el material de estudio mientras vamos camino al servicio. Es necesario apartar el tiempo que podamos para preparar cada detalle y así buscar que todo suene lo más exacto posible y ordenado. A veces, creemos que la linea que escuchamos a nosotros nos “pareció” que podría ser de cierta manera y resulta no ser así en algunos casos; pero actualmente puedes contar con gran cantidad de recursos y material que puede ayudarte a confirmar y definir los detalles de un arreglo. Así terminaremos tocando “lo que es” y no “lo que creemos que es”. Recuerda: Si algún elemento que debas tocar hace falta en la canción, entonces sonará vacía; pero, si agregamos elementos que no forman parte y no funcionan con la canción, sonaremos entonces desordenados.

Sensibilidad Espiritual: Más que buscar una clasificación dentro de todos estos puntos que he mencionado sobre la sensibilidad, mi objetivo es mostrarte que todo converge hacia este punto: Hacia un espíritu atento y sensible a lo que Dios desea que digamos con nuestro instrumento. Nuestra responsabilidad es traducir el lenguaje celestial con nuestra música y es ideal que en nosotros exista un deseo profundo por prepararnos para comunicar un mensaje limpio y claro. (1 Corintios 14:8).

4. No descuidemos la preparación técnica.

Mis amigos más antiguos en este mundo de los teclados, entenderán todo el cariño y nostalgia con que recordamos nuestros primeros teclados con los cuales empezamos este camino. De hecho, movido por estos buenos recuerdos, no pude evitar diseñar un paquete de sonidos basado en estos teclados antiguos con los que disfrutamos tantos momentos. Aquellos Casio y Yamaha de antaño en los cuales buscábamos los mejores sonidos para nuestras reuniones, pasando horas maravillosas descubriendo cosas interesantes y usando todos los botones que teníamos a nuestro alcance (- Menos el botón “Transpose” -).

Hoy en día, la tecnología ha evolucionado y nos ofrece diferentes herramientas para tener excelentes sonidos y recursos para todos los gustos, plataformas y bolsillos. El punto a tener en cuenta, es que algunas veces entre más fáciles tenemos las cosas, más nos acomodamos o más nos cuesta valorarlas. Un buen principio de mayordomía y fidelidad es aprovechar al máximo las herramientas que tenemos hoy en día, ya que la excelencia no significa comprar lo más caro, sino hacer lo mejor de lo mejor con aquello que tienes en tu mano, siempre aprendiendo, creciendo y avanzando cada día. He conocido pianistas haciendo sonar un teclado sencillo de forma espectacular y tristemente otros que con teclados de $15.000USD, aún no han descubierto para que sirven muchos de sus botones y funciones. Menciono todo esto, ya que la preparación técnica empieza siendo fieles y valorando lo que tenemos: Limpiando, cuidando y aprovechando nuestros instrumentos explorándolos al máximo. Con esto también honramos el esfuerzo que muchos Pastores e Iglesias han hecho en sus finanzas para darnos los mejores instrumentos.

La preparación técnica implica también buscar el sonido apropiado para cada canción y para cada momento. Debemos tener en cuenta los instrumentos presentes tanto en vivo, como en la secuencia (si la utilizamos) para que todo lo que toquemos, encaje en el ensamble, aporte peso y sea relevante. Por ejemplo, hay ciertos sonidos de Piano que funcionan para una canción suave y más tranquila, mientras otros tal vez funcionan para géneros Latinos, Gospel, Etc. Hay Pads tipo “cuerdas” que para algunas canciones funcionan maravilloso, pero en otras puede ser estridente y requieren un Pad mas suave. Para esto, puede ser útil tener un guión, “template” o plan para tus sonidos por canción, sus volúmenes y parámetros a modificar (EQ, Compresión, FX, etc.) Igualmente, es sumamente necesario trabajar de la mano con nuestro Ingeniero de Sonido haciendo una buena prueba, para que los recursos que usamos funcionen de forma adecuada dentro de la mezcla.

No olvides estar preparado para todo...Con esto te pregunto: ¿Qué pasaría si falla alguna secuencia o sucede algo fuera de nuestro control? ¡No te confíes! Ten listos tus sonidos de emergencia y ten un plan de contingencia según tus posibilidades. ¡No te escondas detrás de una pista o detrás de un instrumento! Recuerda que los músicos en la Biblia, marchaban al frente en la batalla. La preparación técnica no implica que lo sepamos todo, pero sí que estemos preparados para todo. No te niegues ni un sólo día la oportunidad y el privilegio de aprender algo nuevo y mantenerte vigente (la mejor herramienta es tu curiosidad).

Espero que este espacio haya sido de bendición para ti y en la próxima reunión que tengas el privilegio de servir, lo hagas como si fuera esa primera vez.


Previous
Previous

Jeffrey Barrera

Next
Next

Como Procesar Baterías