El Acorde Más Dificil De Encontrar

Escrito por Edgar Mantilla

Muchos podremos identificarnos como aquel músico que como yo, aprendió desde niño un instrumento musical a punta de curiosidad y pasión, descubriendo nuevos acordes, ritmos y melodías. Otros podemos ser ese caso del músico estudiado, forjado al calor de la academia y que ha pasado también su valioso tiempo descubriendo el camino de la música de esta manera. Ambos caminos tienen muchas cosas en común que hablaremos tal vez en otros blogs, pero algo que quiero resaltar hoy es el amor por la música que en cierto punto de nuestras vidas nos llevó a tomar un instrumento en nuestras manos y primeramente nuestro amor por Dios y Su Iglesia, que en algún momento nos ha hecho entender que este don que hemos recibido es un maravilloso vehículo pero no es el destino hacia el cual nos dirigimos ya que Dios siempre lo será y un enfoque correcto, nos mantendrá en el camino correcto.

«…este don que hemos recibido es un maravilloso vehículo pero no es el destino hacia el cual nos dirigimos ya que Dios siempre lo será…»

Comencé hablando de nuestros inicios en la música ya que así como en otras disciplinas, la música es una en la que jamás dejamos de ser estudiantes y nunca paramos de aprender sin importar nuestra edad o el nivel de conocimiento que tengamos. Esto principalmente hace que busquemos nuevas fuentes de información para capacitarnos y allí es donde aparece una de estas fuentes y quizá una de las más conocidas: las redes sociales. Hoy en día, estas nos ofrecen grandes cantidades de información que incluso hablando con amigos músicos y de otras profesiones, a veces se siente como un bombardeo masivo de dicha información, donde por momentos llega el punto en el cual se hace difícil de organizar y saber que hacer con ella. (Esto no quiere decir que considere mala en ninguna manera esta forma de aprender, sino más bien, al contrario, es un llamado al uso de estos medios con sabiduría y orden).

Este escrito nace de varias conversaciones que tuve con amigos tecladistas y estudiantes, donde compartían cómo hoy en día ven muchos recursos y acordes complejos en diferentes redes y ellos, abriendo su corazón honestamente, sienten el reto de aprenderlos y a la vez la necesidad de replicarlos, pero muchas veces sin tener claro un contexto. Esto puede darse por una necesidad de compartir el progreso y “lo nuevo”, o también por ponernos bajo la lupa de la comparación o a la vez sentirnos a la delantera en una carrera de presión por ser mejor y tener demostrarlo a alguien y hoy quiero decirte que “replicar” es diferente a “aplicar”, aunque muchas veces necesitas de lo primero como un primer paso para llegar a lo segundo.

«…”replicar” es diferente a “aplicar”, aunque muchas veces necesitas de lo primero como un primer paso para llegar a lo segundo.»


En un uso correcto de todos estos recursos de aprendizaje que hemos hablado hasta aquí, es sano inspirarse mas no compararse.

Es sano replicar, mas no ser una eterna replica sin una identidad musical.

Es sano imitar de vez en cuando, pero no ser un absoluto imitador.

Es sano compartir nuestros progresos y recursos mas no exhibirlos buscando aprobación.

Es sano entender una parte de la infinita complejidad de la música, mas no lo es querer llenar todo de acordes y armonías complejas carentes de sensibilidad.

Es sano el “menos es más” cuando no es una frase cliché utilizada para esconder nuestras carencias y muchas veces nuestra incapacidad de lograr algo por falta de estudio.

Es sana la excelencia, mas no lo es ocultar el más mínimo atisbo de orgullo tras de ella.

Es sano esforzarnos por aprender y conocer toda la información a nuestro alcance, cuando nuestro corazón también tiene la disposición de ser sanado y enseñable.

Está bien que te deslumbre el conocimiento y el virtuosismo, pero no dejes de deleitarte en el Dador del conocimiento.


Si leíste hasta aquí y te preguntas por qué el titulo del blog o finalmente esperabas saber cual es el acorde más difícil de encontrar, no me refiero al que viste en redes con la mayor cantidad de notas y con la mano más abierta o la más rápida. El acorde más difícil de encontrar es aquel que debemos tocar con sensibilidad de espíritu en el momento preciso para transmitir ese mensaje específico de parte de Dios y eso implica una inmensa cuota de silencio a nuestras voces internas para poder escuchar la Suya en la quietud, donde muy seguramente lo primero que escucharemos es “Que sea siempre más de ÉL y menos de nosotros”.

«El acorde más difícil de encontrar es aquel que debemos tocar con sensibilidad de espíritu en el momento preciso para transmitir ese mensaje específico de parte de Dios…»

Edgar Mantilla es un músico nacido en la ciudad de Bogotá Colombia. Desde los 10 años de edad comenzó a servir en el equipo de alabanza de su iglesia local tocando el piano y años después pasaría a formar parte del equipo de la iglesia de El Lugar de Su Presencia en Bogotá Colombia, donde ha servido activamente como voluntario y trabajado por 15 años en el staff del ministerio de alabanza Su Presencia como tecladista, director musical, arreglista y músico para los servicios, giras y sesiones de grabación de 10 producciones musicales. Actualmente se desempeña como diseñador de sonidos, consultor y tallerista, brindando entrenamientos para equipos de alabanza en diferentes países.

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